
Liam Duffy
Oct 7, 2025
A medianoche del 1 de octubre, el gobierno federal experimentó su primer cierre desde diciembre de 2018.
A medianoche del 1 de octubre, el gobierno federal experimentó su primer cierre desde diciembre de 2018. Históricamente, durante los cierres federales, los mercados han registrado una rentabilidad promedio del 0,1%. El 3 de octubre, apenas dos días después del cierre, el mercado continuó su ascenso a máximos históricos, demostrando una resiliencia excepcional a lo largo de 2025. Estados Unidos ha vivido diversos acontecimientos que podrían explicar la pérdida de confianza en la economía. La inflación ha aumentado, Trump ha protagonizado continuas controversias con miembros de la Reserva Federal, despidiendo al Comisionado de la Oficina de Estadísticas Laborales y amenazando a su presidente, la participación activa de Estados Unidos en la guerra de Oriente Medio, los aranceles más altos impuestos por el país desde 1909 y la guerra en Ucrania. Aun así, el mercado ha subido cerca de un 9,5% tan solo ocho meses después de la investidura de Trump. La firma de la Ley de Reforma de la Seguridad de la Información (conocido como "Big Beautiful Bill") por parte del gobierno de Trump ha sido un factor clave en el desempeño del mercado en los últimos años, ya que, al limitar la regulación y la burocracia, ha permitido un mayor crecimiento para las empresas. De hecho, el 82% de las empresas del S&P 500 superaron las estimaciones de ganancias por acción (EPS) en el segundo trimestre de 2025. El optimismo en el mercado se ha mantenido estable, incluso con la multitud de factores de riesgo. En general, el mercado se ha recuperado bajo el gobierno de Trump, pero este no es el único responsable de este auge, ya que la revolución de la inteligencia artificial (IA) también juega un papel fundamental. Un ejemplo perfecto es Nvidia, cuyas acciones han subido un 51% desde enero del año pasado y continúan aumentando a un ritmo vertiginoso. Nvidia es el principal productor del producto con mayor demanda a nivel mundial y ha generado miles de millones de dólares, impulsando el mercado estadounidense a máximos históricos. Si bien muchos siguen confiando en la revolución de la IA, la demanda podría no ser constante, y la capacidad de las principales empresas tecnológicas para sostener el mercado nacional podría verse comprometida en un futuro próximo. Esto también podría aplicarse a la capacidad del gobierno, ya que factores como los aranceles y las controversias entre grupos podrían empezar a pasarnos factura, dando lugar a un posible y desagradable despertar para muchos inversores en el futuro.
